sábado, 23 de mayo de 2009

SALUD Y EL TRABAJO

SALUD Y TRABAJO

Los esfuerzos por realizar acciones en el campo de la seguridad y salud en el trabajo por parte de las asociaciones de profesionales en el país son muy pobres, por no decir nulos. En el medio, no se encuentra documentación de experiencias que dichas asociaciones hayan aportado como apoyo a este tema.

El concepto común de salud es entendido como el estado de bienestar físico, mental y social. Cuando se piensa en trabajo, se relaciona con toda actividad de transformación de la naturaleza que el hombre realiza, con el fin de mejorar la calidad de vida. No obstante, estas definiciones requieren una nueva reflexión en el marco de los nuevos escenarios de flexibilidad e informalidad, que dejan entrever la escasa posibilidad de alcanzar dicho estado de bienestar.
Las formas contemporáneas de organización del trabajo invitan a reflexionar sobre las nuevas y múltiples exigencias físicas, cognitivas y emocionales que los trabajadores asumen en el empleo. Según el investigador Juan Alberto Castillo, el GiSYT encontró que “en este escenario existe una tendencia a asumir riesgos laborales, en ocasiones por desconocimiento de los mismos y en otros casos para conservar el empleo. El trabajador que se desempeña en medio de limitaciones técnicas y con diseños ineficientes en sus puestos de trabajo, puede comprometer considerablemente su salud”.

En su conjunto, estos elementos establecen los puntos de partida del estudio de vínculos que se tejen entre la salud, el trabajo y la sociedad. Por ello, los investigadores del grupo encuentran la necesidad de analizar la relación salud-trabajo, como el resultado de dos lógicas que se oponen entre sí: la del empresario, que busca obtener el máximo de eficiencia productiva del trabajador y de los recursos técnicos, y la del empleado, que busca conservar la salud en medio de la exigencia de toma de riesgos y cambios de las condiciones de trabajo.
En este orden de ideas, se determinó necesario adoptar un cambio en el enfoque y abordar el problema desde una perspectiva centrada en los trabajadores. Es decir, se trata de identificar y entender los medios creados o desarrollados por los empleados para equilibrar las exigencias de competitividad que la organización les traslada y establecer cómo logran esto, al poner en juego la disponibilidad física, emocional y cognitiva a nivel individual y colectivo.


Este acercamiento y las observaciones realizadas entre 2001 y 2005 en empresas, permitieron precisar tres problemas en el estudio de la relación salud-trabajo. El primero, es la toma de riesgo, que debe ser analizada según el grado de compromiso construido por los trabajadores. En este sentido, se trata de examinar e identificar la noción de riesgo inmersa en la empresa y las estrategias de productividad que imponen la toma de riesgo al trabajador.
El segundo, hace referencia al Sistema de Management de la Salud y la Seguridad (SMSS) que la empresa diseña en la implementación de las herramientas de gestión, las cuales permiten adecuar las normas y reglamentos utilizados por la organización para controlar la exposición al riesgo en el trabajo.
El tercero, aborda las cuestiones relativas a la forma como el trabajo contribuye a que las personas le den o no sentido a su vida. Esto se manifiesta en las consecuencias asociadas a los fenómenos de exclusión e inclusión laboral. Cuando una persona cuenta con una situación laboral estable y se siente útil, le da más valor a lo que hace. En caso contrario, el trabajador se afectará física y mentalmente.

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